__________________________________________________________________
Es difícil ser la nueva. Mucho más cuando el resto de gente no habla tu idioma.
W ha llegado hace poco al cole y no habla nada de castellano, ¿cómo se puede sentir? Las niñas y niños de la clase hablan sobre ello y creen que no debe sentirse muy cómoda. Decidimos que algo hay que hacer para que aprenda nuestro idioma. Lanzamos ideas hasta que surge una que nos hace ponernos nerviosos y deseosos de llevarla a cabo cuanto antes: un libro con imágenes y palabras, como un diccionario, un diccionario para W hecho por nosotros. Se van lanzando propuestas de palabras que debería aprender, surge una tras otra, no hay descanso. Se sienten motivados, quieren ayudar a W. Anotamos en la pizarra las palabras que creemos le serán más útiles para hacerse entender. Cada uno elige una y la dibuja. Todos, todas se esmeran para que el diccionario quede bien.
Cuando acaban de ilustrar su palabra van corriendo a enseñársela a W. Le piden que la repita. Ella los mira asombrada y se ríe. Repite la palabra y se ríe. Los pequeños aplauden a cada repetición. «¡Ha aprendido mi palabra!», se felicitan unos a otros.
Ellos trabajan la escritura, ella aprende castellano.
Ellos tendrán muchas ocasiones de trabajar la escritura, ella tendrá muchas ocasiones para aprender castellano.
Pero no siempre hay muchas ocasiones dentro de un aula para aprender las cosas realmente importantes.
En el recreo, algunos buscaban a W para enseñarle palabras o simplemente para jugar. Es el primer recreo donde veo a W interactuar con gente de su clase.
Mañana valoraremos la eficacia de nuestro diccionario y buscaremos otras posibles maneras de comunicarnos con W.
Mañana habrá otra ocasión en el aula para cosas realmente importantes.
En Pinolivo siempre hay espacio y ocasión para las cosas importantes.
Todos querían enseñar sus palabras a W Ha surgido un gran interés por W
Dejar una opinión